Cuanto más crece mi marca, mayor es nuestra capacidad de hacer el bien en el mundo. Por eso, cada año, durante el mes de octubre, la marca CAMILLA dona 1 dólar de cada pedido online a la National Breast Cancer Foundation.
En 2024, esta cantidad ascendía a 5.218 dólares. Pero pensamos que no le vendría mal un complemento, así que añadimos otros 5.000 dólares para casi duplicar la cantidad, con lo que la NBCF alcanzó un total de 10.000 dólares.
El cáncer de mama es un tema que siempre estará en mi radar. Puede que ya estés al tanto de mi viaje por el cáncer de mama. En 2018, en las primeras semanas de mi nueva maternidad, recibí mi propio diagnóstico de cáncer de mama. Después de someterme a toda la gama de tratamientos de quimioterapia, una mastectomía y la extirpación de mis ovarios y trompas de Falopio, me dieron el visto bueno.
Trágicamente, no todo el mundo tiene una historia como la mía. Aquí, en Australia, se diagnostica esta enfermedad a más de 21.000 personas y cada año mueren unas 3.300.* Para ayudar a detectar precozmente los signos del cáncer, animo a todo el mundo a que se autoexplore. Si no tiene ni idea de cómo hacerlo ni de lo que implica, aquí tiene una guía.
A partir de los 20 años, los expertos recomiendan que nos hagamos autoexploraciones periódicas. Es un buen hábito que hay que adquirir: conocerás las sensaciones naturales de tu tejido mamario y podrás actuar rápidamente ante cualquier cambio sospechoso.
A partir de los 20 años, los expertos recomiendan que nos hagamos autoexploraciones periódicas. Es un buen hábito que hay que adquirir: conocerás las sensaciones naturales de tu tejido mamario y podrás actuar rápidamente ante cualquier cambio sospechoso.
En Australia también se realizan revisiones mamarias gratuitas a las personas mayores de 40 años. Aquí encontrará enlaces a los centros de detección de su zona.
El cáncer de mama no discrimina, pero seguro que nos une. Parte de lo que me ayudó en mi devastador viaje fue descubrir que no estaba sola. Había esperanza y un ejército de personas que me apoyaban. Una comunidad de amor infinito se reunió para animarme. De mis compañeros más cercanos, de mi equipo de la marca CAMILLA, de mi brillante equipo médico, incluso de gente que no conocía. Y de los brazos de una niña que me quería y me necesitaba y que, sin saberlo, también me sostuvo.
Para todos los que luchan contra esta enfermedad o tienen seres queridos que la padecen: sois mis compañeros de viaje en una travesía que ninguno de nosotros deseaba emprender. Todos somos guerreros, ¡más fuertes juntos!
Te envío mucho amor, esperanza y luz.